
Cambio mi pluma de grafito por tus manos
las mismas que un día conocí: grandes y fuertes
porque ningún carboncillo puede ayudar a dibujar mejor que ellas
la silueta de mi existir.
Doy mis versos libres por tus besos
mezcla de desenfreno y pudor
porque nada mejor que dos bocas ávidas de pasión
para componer un poema que rime hasta en el corazón.
Regalo las hojas blancas de mi libreta por tu piel
coloreada por el sol
porque no es real la alegría ni el dolor
si no se siente a carne viva el amor.
Cambio esta bendita ausencia
que me hace escribir sin remedio
por un día en el que nos crucemos de nuevo
y en el que juntos seamos por fin inspiración.