sábado, 30 de diciembre de 2006

PERDÓNAME...

Dicen que quien te ama debe hacerlo con tus virtudes y defectos.
Dicen que quien se precie de quererte debe estar dispuesto a acompañarte en las buenas y en las malas.
Suena perfecto. Suena bonito.
¡Ja!, pero qué irónica es la vida.
Hoy estoy pensando en acabar con la prueba de que esas utopías sí existen,
y que no es mentira que los sueños sí pueden hacerse realidad.
En este instante estoy pensando darle la espalda al primer ser que sé que me habla con la verdad,
que no necesita de rosas u objetos para dármelo a entender,
porque todo él es un detalle,

porque su mirada es verdaderamente el reflejo de su alma.
Perdóname, pero sí, estoy manejando la posibilidad.
Perdóname, pero es que siento que soy más defectos que virtudes,
que soy más malas que buenas,
y no quiero que llegues a descubrirlo aún más.
Por primera vez siento que aquí hay un sentimiento, de parte y parte,
y no deseo que nada ni nadie pueda empañarlo, menos yo.
No quiero que esta sensación tan especial que sentimos pueda en algún momento desaparecer.
No quiero que te des cuenta de algo que no te guste.
No quiero que me dejes de querer.
Perdóname, pero es que TE AMO,
y antes que llegues a recordarme con un mal sabor,
prefiero adelantarme e intentar dejarte la imagen más bonita que puede existir de mí.

viernes, 15 de diciembre de 2006

TODO PASA...


Sí, todo pasa.
Tenías razón.
¡Y cómo puede cambiarte la vida en el transcurso!
Hoy hace un año de aquel día,
y para mi sorpresa tengo muchas más cosas que decir,
mucho más de lo que mi mente pudo haber imaginado en ese momento,
más de lo que mi inocente esperanza me hacía aguardar.
Frente a la incertidumbre de aquellos meses,
hoy me encuentro más bien con toda una historia,
de inicio equivocado, desarrollo inestable y final infeliz.
Frente a la existencia de un ser que muchas veces quise conocer, y hasta envidié,
esta mañana sólo tengo el recuerdo de su repentina desaparición,
y la entrega de lo que ya no quería a las que estábamos allí.
Definitivamente, todo pasa.
Inocencia, arrebato, desconfianza, fe.
Incredulidad, sorpresa, alegría, dolor.
Caída y elevación.
Todo en apenas un año.
Ya no estoy muy segura de si realmente somos finitos,
menos de si es posible predecir algo.
Ahora estoy.
Mañana quién sabe.
¿Quién seré de aquí a un año?
¿Quién serás tú?
Tampoco lo sé.
Al menos espero estar viva para contarlo.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

OLIENDO A TRAGEDIA



Hoy mi cielo amaneció triste, como hace siete años.
Esta mañana mis casas siguen penumbrosas,
albergando como únicos huéspedes al olvido, la desidia.
Hoy mis calles continúan mostrando la destrucción.
Todo acá sigue oliendo a tragedia.
Quienes viven en este lugar parecen estar aún marcados con la huella del barro,
la huella de la muerte.
El estigma de aquella noche en que la naturaleza decidió irrumpir en los hogares,
sin contemplaciones de clase, credo ni sexo,
y arrasar con todo lo que encontraba a su paso.
No fuimos nadie en aquel momento.
No somos nadie todavía.
En este territorio parece que se hubiera detenido el tiempo,
aunque no sea así.
En este día tengo algunos años más que antes,
y mi familia cuenta con menos miembros que en un pasado.
Tú, por ejemplo, ya no estás conmigo.
De continuar con vida seguro estarías más viejo,
más cansado, más solo.
Te mató la tristeza.
Te mató la separación.
Ya no tenías nadie a quien cuidar,
nadie con quien jugar.
Mejor así.
Creo que ninguno de los dos podía sacrificarse.
Donde estás sé que te encuentras mejor,
y me proteges mucho más que cuando seguías cada uno de mis pasos,
cuando no te alejabas de mí hasta que me veías bien, dormida, serena,
como hace siete años.
¿Estarán otros también viviendo hoy de los recuerdos?
¿Estarán otros también extrañando a los que ya no están?
Que en paz descansen,
y que continúen disfrutando de la vida plena,
la verdadera vida,
mientras los que sobrevivimos seguimos aquí,
en estas tierras muertas.

domingo, 10 de diciembre de 2006

SÓLO MÁSCARAS


Sólo máscaras, eso es lo que somos.
Personajes simples, corrientes, eso es lo que representamos frente a los demás.
Tú, el que eternamente vive sentado en un sofá,
escuchando y tratando de ayudar a quienes ni siquiera saben lo que quieren.
Yo, la que pasa su día dándole vida a diferentes mensajes,
para atraer, para penetrar la mente de aquellos que viven para consumir.
Delante de otros somos dos seres seguidores de los convencionalismos,
fieles amantes de la responsabilidad,
incapaces de recrear un pensamiento prohibido,
demasiado inocentes para un mundo que gira cada vez más rápido,
donde cada rincón es un hervidero de ideas extravagantes.
Pero, frente a nosotros mismos...
Entre tú y yo no hay caretas,
no hay discursos construidos,
no hay un "deber ser".
Frente a nosotros mismos sólo somos.
Contigo soy capaz de hablar con la más absoluta sinceridad,
decir y hacer cosas que jamás pensé,
actuar con la voluntad y el impulso que no creí tener.
Conmigo puedes decir realmente lo que sientes y deseas,
aislarte del anonimato que te rodea,
realmente compartir con alguien.
Me encanta por fin haber podido disponer de mi máscara.
Me alegra que por fin tu también lo hayas logrado.
Finalmente estoy siendo conocida.
Finalmente estoy empezando a experimentar.
Por eso no dudo que pronto también llegará la hora de conquistar...

jueves, 7 de diciembre de 2006

QUIÉN ERES

¿Quién eres realmente, señor de la distancia, señor de los mares?
¿Qué es lo que tienes para mantenerme así, tan atraída?
Llegaste como lo han hecho muchos: con una petición.
Dijiste lo mismo que otros: "una linda sonrisa".
Pero, poco a poco me has hecho sentir que eres distinto.
¿Por qué?
Lentamente me has hecho percibir que eres más que ese rostro saludable,
esa tez bronceada,
más que un hombre que sabe qué palabra utilizar para dar la respuesta acertada y quedar bien.
¿Será eso cierto?
En ti hay sueños,
hay mucha imaginación.
En ti hay promesas de una vida de dos.
Me atrae tu suspicacia,
me vence tu gallardía,
me inquietan tus arrebatos.
Todos los días acudo a nuestro habitual encuentro.

Noche a noche dejo que me busques y vuelvas a hallarme como en la mañana.
A cada instante sucumbo a tus pensamientos.
A veces quisiera que al llegar a casa estuvieras allí, conmigo,
Allí, en ese cuarto oscuro, alumbrado sólo por la luz que entra de la calle.

A veces quisiera brindarme finalmente a ti.
A veces quisiera que ya estuvieras aquí...

sábado, 2 de diciembre de 2006

AROMA CAUTIVADOR


Por un momento creo que te has ido,
que finalmente me has abandonado.
Por un momento creo que he dejado de ser tu esclava,
tu joven experimento,
a quien decides visitar de manera intempestiva todos los días,
a quien te encanta perturbar con tu particular fragancia.
Pero no.
De nuevo apareces,
deslizándote inteligentemente entre la corriente de aire que viene hacia mí,
entre las personas que me tropiezan,
que llegan y se van,
que ni siquiera conozco.
Eres mezcla de dulzura y acidez.
Eres una combinación de frescura y experiencia.
Eres, sencillamente, embriagador de mis sentidos,
señor de mis instintos.
No entiendo cómo lo haces,
menos cómo lo lograste.
Me tienes aturdida.
A veces no necesito que estés,
basta imaginarte.
Cada poro de mi piel te anhela,
pero a la vez te rechaza.
Me encantas,
pero a la vez me asustas.
Eres igual que tu dueño,
interesante.
Eres igual que él,
enloquecedor.
Eres, eres, sólo eres,
un aroma cautivador.