
como si nadie hubiese dormido sobre sus sábanas.
La ropa guinda ordenada en el clóset
como pocas veces
dejando desnudo el perchero aquel
y vacía la poltrona de rosado pastel.
Nada sobra ni falta.
Nada estorba.
Todo reposa en silencio.
Todo aguarda en su exacto lugar.
Así como los sentimientos que asaltaron mi alma cada mes
y hoy descansan en las letras y palabras aquí escritas
en cada hilo de voz articulado y aún viajante por el viento
en cada acto que marcó el rumbo de una determinación.
Nada me resta ni debo.
Nada llevo conmigo como una omisión.
Por primera vez no hay arrepentimientos o traición
a mi querer, a tu amor
a mis deseos, a tus ganas
a los juegos del azar y sus sorpresas.
Todo aguarda en su exacto lugar:
mis besos imaginados en tu boca
mis caricias palpitantes en tu cuerpo
nuestros encuentros en los recuerdos
tu presencia en mi vida.
El mañana en una caja de pandora...