
Ansiosa te espero, nerviosa,
aunque esta vez no sea porque impaciento por sentir nuevamente tus labios, tu piel, tu voz.
No, pues hoy más bien los aborrezco.
Reniego de tu presencia, aquella que un día me cautivó;
de tu verbo, que sedujo a mi razón;
de tu olor, que aún impregna cada rincón de mi cuerpo.
Los exilo de mi existencia y los confino al más lejano baúl de la oscuridad.
Me has engañado, nada menos puedo hacer.
Mi amor yace en el suelo, convertido en decepción,
y mi pasión no es más que una palabra barata, sin sentido.
aunque esta vez no sea porque impaciento por sentir nuevamente tus labios, tu piel, tu voz.
No, pues hoy más bien los aborrezco.
Reniego de tu presencia, aquella que un día me cautivó;
de tu verbo, que sedujo a mi razón;
de tu olor, que aún impregna cada rincón de mi cuerpo.
Los exilo de mi existencia y los confino al más lejano baúl de la oscuridad.
Me has engañado, nada menos puedo hacer.
Mi amor yace en el suelo, convertido en decepción,
y mi pasión no es más que una palabra barata, sin sentido.
Mi deseo por ti ya no existe, es asco.
Ansiosa te espero, nerviosa,
pero sé que todo acabará cuando inventes mil excusas, disculpas, y yo te diga: "No más, adiós".