martes, 24 de abril de 2007

MI REGALO




Si algún día dicen que moriré o que tengo que resumir mi vida en un solo momento, será el recuerdo de aquella tarde el que asaltará mi mente.
Sí, ésa en la que me sorprendiste con tus ojos desbordando picardía,
y tu aire de niño grande, ansioso por jugar con la que también sabes una niña.

Sí, el día en que ambos cumplimos nuestra fantasía,
embebidos en tibias y relajantes aguas.

El atardecer en el que en medio de jadeos se nos escapaba uno que otro te amo, y mis manos se empecinaban en rozar tu piel una y otra vez, recorrer cada uno de tus relieves, dar con tu suavidad en medio de las sábanas.

Sí, el momento en el que separar nuestros cuerpos era impensable, y abandonar aquel espacio impregnado de la más excitante lujuria, pero a la vez la más placentera ternura,
era cuestión de un después.

Si algún día dicen que moriré o que tengo que resumir mi vida en un solo momento, será aquel 23, cuando viéndote a los ojos me di cuenta que entre planes para un futuro, y esperanzas en seguir juntos por la eternidad, ya hemos construido una historia, para ambos, tal vez la más verdadera de nuestras existencias: la que no se busca ni se controla, sólo se da.

No me acuses de conformarme con poco, si es que crees que eso es lo que me has dado,
y menos pienses que intento persuadir a tus sentidos.

Simplemente es mi ser el que te habla hoy, el que se expresa porque su brújula te señaló como mi norte, porque una hilera de monedas de oro te dibujaron como mi camino hacia un tesoro, porque cada instante me lo ha dejado ver.
Toma mi regalo...Es todo tuyo

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Precioso, como si la vida misma hablara por sí sola....

Cesar Vo dijo...

Aun ambos no alcanzaban siquiera a imaginar que lo parido aquel momento, aquel 23, era la demostración mas íntima y personal de algo superior y ajeno a este mundo. Eso que muchos llaman Dios, eso que gobierna a su antojo el universo y su dinámica, parecía estar reclamando su protagonismo en esas dos vidas afortunadas. Su encuentro había sido tan extraño pero a la vez tan perfecto, tan sublime y tan misterioso, que sólo la creación divina explicaría semejante obra entre un hombre y una mujer.

Ellos bien sabían que aun estando en ella, no les pertenecía, por eso no dudaban al gozarla, era como estar dentro del amanecer glorioso que sigue a una intensa y larga noche de espera.

Ellos demostraron aquel día, que así como en toda creación de Dios las cosas sublimes no tienen explicación, no se justifican, no tienen modelos, no hay fórmulas, hipótesis o teorías que sirvan para comprenderlas, esto de ellos también era y ya.

No existió lugar para improvisar preguntas, no tenían que interpretar respuestas, solo hicieron algo, lo mismo que hacemos frente a un atardecer glorioso o un amanecer sentido, lo que hacen los montañistas al conquistar la mas apetecible de las cumbres, lo que hacemos cuando se tiene la fortuna de ver la luna llena acariciando tangencialmente el horizonte. Ellos habian sentido.

Nacia una historia eterna, el amor los había visitado, eso fueron ellos dos aquel 23.


Porque cuando hay dos como ellos
Siempre otro llega a ver
No hubo lugar para velos
Solo tuvieron que ser
El amor, la pasión de Ella
cuando se entregaba a él

Porque cuando hay dos como ellos
siempre llegan a ser tres
La ternura de El, la pasión de Ella
aquel dia veintitres.