sábado, 25 de noviembre de 2006

DESAHOGO


Qué difícil es pensarte y no sentir dolor.
Qué difícil es mostrarme contenta cuando no lo estoy.
Desde ayer ya nada es igual.
Ya no miro hacia el futuro con esperanza.
Yo no te miro con la ternura de quien ve al otro que sabe también enamorado.
Ya no tengo imaginación para escribirte.
Ya no tengo entusiasmo para buscarte.
Y es que pienso que ya nada importa,
que de este cambio tampoco te darás cuenta.
Porque yo soy sólo eso para ti,
una realidad inmutable pase lo que pase,
haga lo que haga.
No sé si vale la pena continuar con esto.
No sé si vale la pena terminarlo.
Lo único que sé es que me hace daño,
y que al menos que hagas algo fuera de lo común,
en mí continuará muerto el ímpetu de ayer.

No hay comentarios.: